Tiempo de solidaridad
La pintura es una de las manifestaciones artísticas que permiten al artista expresar diversos conceptos que se relacionen entre sí y representen ideas completas, o bien, separar los elementos que la componen para comunicar múltiples emociones con una fortaleza singular.
Tiempo de solidaridad, se conforma, así, de engranajes, mecanismos, tuercas y tornillos que, rodeados por el espíritu humano y la luz absoluta, emite diversos mensajes cuya intensidad nos asombra y permite soñar, imaginar y pensar un mundo que trabaja al unísono de acuerdo a una visión de comunidad y hermandad.
Mercedes Arellano, su autora, rompe con los colores con los que suele trabajar para, de pronto, sorprendernos con una paleta fría y discreta que, sin embargo, mantiene la fortaleza acostumbrada en sus poderosos mensajes.
Con los elementos de este reloj, que fácilmente vemos, se representa la templanza y la fortaleza de espíritu que cada persona necesita, no solo para su propia vida, sino para, también, empoderar a la comunidad en que vive y a través de la cual se expresa. Esta comunidad, con su sentido de pertenencia y empatía, puede avanzar y desarrollar una unión y fraternidad suficiente para crear la solidaridad que el grupo requiere para avanzar.
Los engranajes del reloj, se sostienen ferozmente con las tuercas y tornillos de los que hablábamos, para asegurar el caminar de la comunidad y su estabilidad a lo largo del tiempo que se acompaña con la luz creadora, la luz protectora, la luz sublime que ilumina cada uno de sus pasos.
Es esta obra, entonces, magistral muestra de trazos firmes y poderosos que con una técnica única nos hace llegar la sensación de seguridad, estabilidad y, lo mejor de todo, felicidad; camino por el que todos pretendemos, y ojalá logremos, transitar.
