La Catrina (+43)
Como parte de su trabajo y con una intención de comunidad, Mercedes Arellano, considera que el compromiso social es prioritario. Los artistas plásticos tienen un medio audible y claro para hacer escuchar su voz y prestarla a aquéllos que la han perdido.
En un país donde a diario desaparecen y mueren decenas de personas y donde se ha registrado violencia solo comparable a países que enfrentan una guerra civil, la Maestra Arellano expresa la tristeza, conmoción, empatía y solidaridad que estas causas merecen para ella.
México es un país donde el sincretismo cultural es rico, por lo que plasmar los sentimientos de una sociedad herida a través de la belleza de lo tradicional resulta interesante, armonioso y estético, pero a la misma vez, desolador.
El arte no solo es perfección. El arte debe mostrarnos, y detallarnos, los fragmentos de realidad que nos rodean y que nos hacen sentir y vivir. Por lo tanto, en estas Catrinas, no se destruyen las tradiciones, sino que se reinventan y protegen al dotarlas de una voz presente, honesta, respetuosa y fuerte.
+43 es un símbolo de los miles de muertos y desaparecidos que la violencia ha generado en México. De algunos olvidaremos sus nombres, pero no sus derechos, las posibilidades que les fueron arrancadas y las miradas que, confiadas, dirigían hacia el futuro.
Las Catrinas, uno de los mayores símbolos de la mexicanidad, hoy nos acompañan en esta pena y en la denuncia que manifiesta no solo el descontento de nuestra artista, sino su amor por la paz y por este país herido.
